SESSA

“Un poco más nocturno, abierto, torcidamente funk”, Pequena Vertigem de Amor canaliza la sofisticación sensual de la escena MPB (Música Popular Brasileña) de finales de los setenta, mezclada con el soul psicodélico de Sly Stone y Shuggie Otis, sin alejarse de su sello sonoro característico: guitarra acústica, percusión afrobrasileña y el diálogo entre la voz distintiva de Sessa y un coro femenino familiar.

Biografía:

Nacido y criado en São Paulo, Sergio comenzó a tocar música profesionalmente en su adolescencia como guitarrista y compositor de Garotas Suecas, banda de inspiración tropicalista, con distribución internacional y éxito moderado. Cuando su familia se mudó a Nueva York en 2007, le resultó difícil continuar con el grupo, pero pronto se encontró explorando nuevas y emocionantes aguas musicales: trabajó en la legendaria tienda de discos Tropicália in Furs y formó parte de bandas que tocaban desde noise rock hasta soul.

Al igual que el célebre regreso de João Gilberto a Bahía antes de volver a Río con un sonido completamente nuevo que sería bautizado como “bossa nova”, el retiro neoyorquino de Sergio consolidó su compromiso con la música de su tierra natal, a la vez que lo expuso a una amplia variedad de estilos y técnicas de grabación. Sergio resurgió como Sessa con un sonido nuevo y distintivo, enraizado en las tradiciones musicales brasileñas pero informado por influencias globales eclécticas.

Publicado por un pequeño sello independiente, Grandeza presentó la voz y la estética musical de Sessa: guitarra de cuerdas de nailon, percusión afro-brasileña y un coro de voces femeninas —elementos comunes en la música brasileña, pero aquí presentados de un modo radicalmente nuevo—.

Al establecerse en São Paulo tras la pandemia —que hizo prácticamente imposible dividir su tiempo entre Nueva York y Brasil—, Sessa se unió a Biel Basile (baterista del querido grupo indie brasileño O Terno) para trabajar en su segundo álbum, Estrela Acesa. Mientras el minimalismo acústico de Grandeza sonaba más a grabaciones de folk etnográfico salpicadas de estallidos de free jazz cósmico, la sección rítmica de Estrela Acesa se asemeja más a la de una banda de rock típica, con la incorporación de bajo eléctrico y batería.

Sessa no solo pintó con una paleta distinta en este disco, sino que también introdujo un nuevo medio para complementar la música, encargando arreglos de cuerdas a colaboradores en Bielorrusia y Nueva York. Trabajando a distancia durante la pandemia, Sessa intercambió ideas con Alex Chumak (Minsk) y Simon Hanes (Nueva York), ambos músicos y arreglistas con formación clásica, para crear paisajes sonoros atmosféricos y dinámicos que complementaran la instrumentación austera y las voces melancólicas de Sessa. Con Estrela Acesa, Sessa logró reinventar radicalmente su sonido sin sacrificar su misticismo musical.

El más reciente álbum de Sessa, Pequena Vertigem de Amor, que publica en noviembre Mexican Summer, muestra a un artista en plena evolución. Nuevos instrumentos (piano eléctrico, caja de ritmos, guitarra con wah-wah) aportan nuevos colores a los elementos vocales, acústicos y sinfónicos ya existentes. En cuanto a las letras, esta colección de canciones es una reacción y una celebración de su reciente paternidad: trata sobre el crecimiento personal, una nueva relación con el tiempo y una reevaluación del espacio que la música ocupa en la vida de uno.

“De una forma interesante, la música se mezcló más con mi vida”, dice Sessa. Grabado durante buena parte de un año en Estúdio Cosmo, que co-fundó junto a Basile, “las canciones de Pequena Vertigem de Amor son una mezcla de crónicas íntimas y meditaciones silenciosas sobre la vida frente al cambio personal, sobre experimentar algo tan grande que te hace darte cuenta de tu insignificante tamaño en el espacio y el tiempo.”

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